Por Juli Capella Arquitecto y diseñador. Expresidente del FAD
|1| No beberás, ni fumarás, ni te
drogarás
Porque para
ser creativo necesitas todo el cerebro
que tienes.
Comenzar con
este mandamiento suele desalentar a muchos
jóvenes,
encandilados con los estimulantes. Piensan que es
posible
aumentar su creatividad de forma artificial, pero jamás
serás más
brillante que cuando estés plenamente lúcido.
Recuerda que
nuestro instrumento principal de trabajo no es la
mano, ni el
lápiz, ni el ordenador, sino nuestra mente y su
capacidad
inventiva.
|2| No tendrás costumbres caras
Si te
interesa el dinero, mejor búscate otra profesión, el buen
diseñador
nace del talento, el empeño y mucho tiempo.
Otro jarro de
agua fría, muchos jóvenes aspiran a enriquecerse
con su
carrera creativa, piensan que el triunfo les reportará
dinero y
calculan sus expectativas en función de los royalties.
Pero la vida
del creador es muy dura, muy pocos llegan a enriquecerse
con su
trabajo, y tampoco son necesariamente los
más
talentosos. El dinero es un asunto diverso, una consecuencia,
nunca una
meta. Por tanto, vete acostumbrando a vivir
con poco y no
vivirás un sufrimiento añadido a tu vocación.
|3| Soñarás y diseñarás,
y soñarás y
volverás a diseñar…
Ser diseñador
no es un oficio con horario, sino una forma integral
de vida.
Entrar en el
universo creativo es un goce, pero al mimos tiempo
una obsesión.
No puedes sacártelo de la cabeza, te acompañará
toda la vida.
Mezclarás armónicamente vida y profesión,
respetando
los ámbitos. No dejarás que nada te desaliente,
diseñarás de
forma libre sin cortapisas. Imaginarás un
mundo diverso y lo plasmarás con proyectos.
|4| No serás vanidoso
No te tomes
demasiado en serio, no trates de justificarte, no
busques la
fama y el éxito.
Muchos
jóvenes se apuntan a estudiar diseño con el objetivo
de alcanzar
la fama. Han quedado seducidos por Starck,
Lagerfeld,
Hadid o el último vedette minimalista que triunfa en
los
dominicales. Quieren ser como ellos, obtener el reconocimiento.
Pero antes
deben haber hecho algo relevante. Sólo
cuando
trabajas en lo que te gusta llega la recompensa y ésta
no es
exterior sino personal. La vanidad lleva habitualmente al
engolamiento,
y éste, al fracaso, a menudo pasando por el ridículo.
Renuncia al
ego y persevera en tu interior.
|5| No serás modesto
Nunca ha
habido un buen arquitecto o diseñador que no intentara
ser grande.
Cierto, este
mandamiento se contrapone aparentemente al 4.
Pero si lo
pensamos con detenimiento vemos que es una consecuencia.
No buscas el
éxito, sino ser bueno. Muy bueno. Tu grado
de exigencia
personal será alto, buscarás horizontes nuevos, no te
contentarás
con llegar a la media, buscarás la excelencia.
|6| Pensarás en todo momento en los
que son
verdaderamente grandes
Pueden
servirte de modelo para encarar unas vivencias que suelen
ser comunes
al oficio. Si comprendes las técnicas de los
maestros,
tendrás mayor posibilidad de desarrollar la tuya.
Tú no eres el
primero en diseñar una silla, un vestido o decorar
un bar.
Muchos antes que tu se han enfrentado a retos similares.
Aprovecha su
experiencia, úsala como trampolín, no malgastes
tus neuronas
repitiendo cosas ya sabidas. Ponte en su
lugar y
cópiales sus actitudes (no sus formas), si llegaron a ser
grandes fue por virtudes que puedes asimilar.
|7| No dejarás pasar ni un solo día sin
analizar un
diseño clásico
Deberás
visitar Ronchamp, el Pabellón de Mies en Barcelona, la
casa de la
cascada de Wright, conducir un “escarabajo”, sentarte
en una Thonet
o en una Cesca, estudiar el plano del metro de
Londres…volver
a Ronchamp…
Pero a veces
no hará falta ni que vayas muy lejos. Mira a tu
alrededor, un
clip, un bolígrafo, el móvil, el interruptor, una
marca, un
envoltorio,… aprende a distinguir los buenos diseños
y analiza
concienzudamente por qué lo son. A veces no es
tan fácil como
parece, por eso son clásicos. No pierdas el tiempo
en las cosas
malas, criticarlas, aunque divertido, no es fructífero,
piensa en las
buenas. Además, como dice Oscar
Tusquets, “de
lo feo, poco se aprende”.
|8| No adorarás Londres,
Nueva York,
París
No pierdas el
tiempo en lo que está de moda, el estilo que
triunfa, o
que cosas se publican o ganan concursos y premios.
Sé auténtico
estés donde estés, el talento lo llevas dentro.
Hay quien
cree que para formarse de verdad y llegar a ser un
gran
diseñador es necesario pasar por una de las capitales
creativas del
mundo. Pero eso es incierto. Lo que allí lograrás
seguramente
es uniformarte con lo que lleva, homogeneizarte
con las
tendencias en boga. Pero poca cosa más. Hoy en día
es posible
desde cualquier rincón del planeta diseñar de forma
original y
cualificada con repercusión universal.
Prueba estar
un año sin ojear revistas, sin presentarte a premios
ni concursos
y verás como tu estilo creativo se vuelve más
auténtico y menos contaminado.
|9| Diseñarás para complacerte
a ti mismo
Sé fiel a lo
que verdaderamente te interesa e importa. No
intentes
agradar a los demás, ni al profesor ni al cliente ni al
periodista.
Nos pasamos
media vida intentado seducir a los demás y por
el camino nos
olvidamos de la satisfacción propia. Ésa es la
que nos hace
queribles. Por tanto, hay que insistir en perseguir
los objetivos
personales, no los ajenos. Perseverar en aquello
que nos complace.
Fíjate que lo que mejor acabamos haciendo
en esta vida
es aquello que más nos divierte.
|10| Serás difícil de complacer
La mayoría de
obras se notan inacabadas.
Proyectar
empieza a ser emocionante cuando descartas la primera
idea, cuando
logras mejorarla, cuando elevas tu exigencia.
Es el
corolario del 9º mandamiento, sólo la autoexigencia nos
salvará de la
fácil complacencia. Procuraremos no perder el
entusiasmo,
no dejarnos llevar por el timing y las prisas, no
aceptar
encargos banales, poner el empeño en acabar bien las
cosas.